Durante casi 120 años, los operadores de petróleo y gas han utilizado el tratamiento ácido (acidización) para mejorar la productividad de los pozos, siendo anterior a todas las demás técnicas de estimulación de pozos, incluidas fracturamiento hidráulico. Sin embargo, su uso estaba limitado por la falta de inhibidores de corrosión ácidos eficaces para proteger los tubos de acero. Con el desarrollo de inhibidores de corrosión eficientes, la acidificación se volvió ampliamente utilizada, lo que llevó al establecimiento de la industria de servicios de estimulación de pozos. Hoy en día, la acidificación es uno de los medios más eficaces para que los operadores aumenten la productividad de un pozo: se utiliza con frecuencia en pozos nuevos para maximizar la producción inicial y en pozos antiguos para restaurar la productividad y la recuperación de recursos energéticos.

La acidificación generalmente se realiza bombeando ácido a un pozo o formación geológica que produce petróleo o gas. A menudo se utilizan dos tipos de ácidos: clorhídrico (para todas las formaciones) y fluorhídrico (para areniscas y ciertas lutitas). Los ácidos orgánicos se pueden utilizar en situaciones especializadas. Tres categorías generales de tratamientos ácidos son el lavado con ácido, la acidificación de la matriz y la acidificación por fractura. El lavado tiene como objetivo limpiar el tubular y el pozo sin tratar la formación. En la acidificación de la matriz, se inyecta un tratamiento ácido por debajo de la presión de fracturación de la formación, mientras que la acidificación de la fractura se produce cuando el ácido se bombea por encima de la presión de fracturación. El objetivo de ambos es disolver el material o mejorar la formación para mejorar el flujo hacia el pozo. El tipo de formación determina el tipo de ácido necesario y la permeabilidad de la formación determina la presión de bombeo necesaria para introducir ácido en la formación.

La acidificación es una práctica estándar en la industria del petróleo y el gas, y los operadores y sus proveedores de servicios tienen los conocimientos y la experiencia necesarios para una ejecución segura y eficaz. Los reguladores han establecido un marco regulatorio bien fundamentado que gestiona cualquier trabajo relacionado con el manejo de estos fluidos, protegiendo el medio ambiente y la salud y seguridad públicas. El equipo utilizado para bombear el ácido debe recibir buen mantenimiento y todos los componentes expuestos a presión durante los trabajos con ácido deben someterse a pruebas de presión antes de las operaciones de bombeo, de acuerdo con las normas y directrices de la industria.

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